jueves, 23 de julio de 2009

LA SERPIENTE DEL DÌA DE FURIA DE MARIETTA MORALES RODRÌGUEZ .


Todo comenzo aquella tarde en esa exposición de pinturas , de aquel pintor irrelevante , que con una gran cobertura de prensa . Un cóctel digno de un banquete de las mil y una noche . La galería de arte repleta de bellas socialitte culturales y el eterno James haciendo la entrada digna de una Emperatriz de un palacio lejano en el Oriente . Las risas , el maquillaje , las copas relucientes de las bandejas de plata de los mozos . Esos mozos que pasan horas en el gimnasio , con ese abdomen duro ,que dan ganas de acariciar , como el movimiento de las olas del mar . Yo estaba observando y disfrutando toda esa galerìa de seres luminosos , bellos , bronceados , fascinantes , digno de una revista de papel couche . Muchas veces de niña observaba esas revistas que mi Madre compraba , a fin de mes , con su escuálido sueldo de secretaria . Soñaba con ser una diva , pero opte por explotar mi capacidad creativa como pintora y diseñadora gràfica . Fue viendo esas revistas que vi imagen , el chico top de la faràndula criolla . El fotògrafo màs famoso de Santiago , que sonrìe desafiante a los focos de las càmaras fotogràficas . El rostro perfecto , esculpido .El chico de mis sueños y pesadillas .Calculaba cada movimiento tuyo , casi como una estrategia militar . Fue en unas de esas tantas exposiciones fotogràficas y plàstica , donde conocí a María Gracia , tu mejor amiga , tan elegante como .
Cuando María Gracia me comento que estaría en la exposiciòn de Manolo Ortiz . Aquel pintor carente de talento , pero repleto de auspiciadores y patrocinantes . Era el contraste contigo ; cero encanto y mal carácter . Aquella tarde , lo único que me hizo calcular cada movimiento tuyo . Esperar el momento preciso en que los eternos aduladores se alejada de ti . Que tomada la última copa de champaña . Dejara de sonreír ante los focos de las cámaras . Ya tendría asegurado tu rostro en las pàginas sociales de las revistas y el diario " El Heraldo " , Tomé fuerza , me encerré en el baño y seque el sudor de mi frente y mi escote . Me peine con fuerza hasta que mi cabello estallaba en el brillo propio de las copas . Retoque mi maquillaje , a pesar de mi nerviosismo propio de una mujer de treinta años , que se arriesga ha tomar el toro por las astas .