jueves, 9 de julio de 2009

EL HILILLO BLANCO DE AQUELLOS INVIERNOS DE MARIETTA MORALES RODRÌGUEZ .


El frìo entraba por las orillas de la ventana , como el hilillo blanco de aquellos inviernos . Sobre el dormitorio de paredes blancas y algunos cuadros de paisajes remotos , eran sin duda la imagen pulcrìsima del espìritu de Mauricio Rivera . Acostado en la cama , observaba a travès de la ventana ,como las hojas del naranjo caìan en el plasto . El cielo lìmpido , amplio , de ese cielo que una vez sintiò cuando se elevò en ala delta . Ver los gatos que ronrodeaban sobre el techo de las casas vecinas . Sentìa que la vida se le escapaba por las manos , solamente le motivaba las lecturas de algunos libros de filosofìa y hechicerìa . En su alma abùlica , todavìa albergaba la esperanza de volver a volar por ala delta . Era lo ùnico que lo entusiasmaba . Todo se trunco para siempre , cuando el mèdico le dijo , que una extraña enfermedad , lo estaba consumiendo su cuerpo . Mauricio jamàs pudo volver a volar , y miraba a los pàjaros con un dejo de envidia . El pajarillo se posaba en la ventana como la fotografìa eterea de ese niño que emprendìa el vuelo hacia la montaña . Cuando un dìa su Padre , lo motivo a volar . -En el atardecer se poso el pajarillo- le comentaba Mauricio a Alicia su esposa , que le traìa el almuerzo .
-Mauricio , esta bien que te guste los pàjaros , pero màs vale tu salud , para que vuelva a volar por las montañas , abrigate bien .
-Esta haciendo frìo , tapate y come algo , la sopa esta caliente -
Los dìas pasaban sin mayor emociòn , entre lecturas , ver viejas pelìculas en el cable , conversar animadamente con Alicia , y recordando esos veranos , cuando iban a la playa a nadar , jugar paletas , almorzar y luego dormir una largo siesta . En las tardes sacar fotografìas de la puesta de sol , ver los barcos en el horizonte y luego regresar a la cabaña y beber algunas copas de vinos y luego jugar con las sàbanas . Eran dìas en que todo tenìa un color diferente . En las mañanas Mauricio preparaba el equipo de ala delta , juntos con sus amigos . Emprendìan el viaje hacia los cerros , en el reluciente jeep rojo de Mauricio y iniciaba la aventura de volar . Mauricio era el mas entusiasta y iniciaba el vuelo primero . Sobrevolaba el mar , la playa , y una enorme sensaciòn de libertad , invadìa su espìritu , volvìa a ser el niño travieso que se subìa al techo de su casa y gritaba ! Soy el rey del mundo ! . Se sentìa superior a las aves . Regresaba cansado y feliz a su casa .
Alicia lo miraba con la cara llena de angustia , preocupaciòn , y no era el Mauricio de antes . El guapo hombre que la contagio por la vida al aire libre y que no sentìa miedo a nadie y nada .
- Tapate , Mauricio , el invierno ya esta por acabar -
- Alicia , mira las hojas del naranjo como caen . El caminar de los gatos que miran hacia los puntos cardinales . Los techos rojos de las casas vecinas , el cielo con una lluvia amenazante .
- Mauricio , mi amor , cuidate con la fiebre , el mèdico ya se lo dijo . guarda reposo -
Mientras Alicia retiraba la bandeja de las tazas vacìas y ordenaba los libros .
-Llevate los libros y los dvd -
-¿ Quieres algo ? , preguntò Alicia
-No , nada , solo me basta ver la puesta del sol -
Paso una semana y el invierno todavìa no acabar . Alicia por las tardes aprovechaba de leer , escuchar mùsica . Era una forma de escapismo , ante el deterioro de su amado Mauricio .
- Mauricio , descansa -
- Alicia ¿ Quiero volver hacer el mismo de ante ?
Observa aquel pajarillo , tan hermoso .
- Cuando llegue el verano , volveremos a la playa , nadaremos , sacaremos fotografìas y juntaremos conchitas como antes .
Mauricio estuvo todo el dìa , construyendo aviones de papel , como una forma de construir aquellos mundos etèreos , càlidos , aventureros , cuando podìa volar en ala delta . Antes de que se le declarada esa extraña enfermedad sin cura , que lo estaba consumiendo dìa a dìa . Estaba mas delgado . Su rostro pàlido como las sàbanas que se secan al sol . El pelo màs largo .
Alicia le tomo la temperatura , la fiebre era evidente . Los aviones de papel cayeron al suelo , cuando Mauricio se movìò de la cama . Eran ver aquellos aviones como mancha de leche sobre el suelo . Mauricio tomo algunas hojas de una revista y empezo a hacer aviones y lanzarlo en el aire , la fiebre iba en aumento .
-Mauricio , deja de ser tan niño -
- Quiero volver a ver aquel pajarillo sobre la ventana - respondiò .
- Sì , lo seràs , cuando llegue el verano -
-¿ Cuando Alicia ?
-Pronto , muy pronto
- Que llegue , llegue , muy pronto .
- Sigues jugando con tus aviones
- Alicia promete , que volveremos ser felices como antes .
- Sì , todo volvera hacer como antes -
- Siento que esta el pajarillo , Alicia .
- No , el frìo esta por terminar -
Cuando Alicia se retiro de la habitaciòn , Mauricio sintiò el canto de esa avecilla , que lo estremecìa y lo hizo llorar . Desde la ventana lo observaba como se posaba en las ramas del naranjo . Alicia creyò ver la ùltima imagen de Mauricio , silencioso , extraño , pensativo , observadon ese cuadro gèlido del avecilla posada en las ramas del àrbol . Mauricio habìa fallecido aquella misma noche . Dos dìas despuès , fue sepultado en un cementerio cercano a la ciudad . Un lugar lleno de àrboles , pasto , cruces , junto a la tumba de su abuelo , que muriò en una misiòn aerea . Alicia rezò en la Catedral . Cuando llegò a su casa se recosto en la cama de Mauricio y miro miles de veces las fotografìas de los vuelos de Mauricio en ala delta .
En la ventana creyo contemplar el rostro de su adorado Mauricio , no era en realidad ese pajarillo que iniciaba su canto mortuorio .
En las noches , Alicia se sentaba cerca de la chimenea a quemar todos los recuerdos de Mauricio . De vez en cuando , sentìa el canto de esa ave . Al escuchar el canto de esa avecilla , ve el rostro de su amado marido . Su sonrisa cada vez que llegaba a casa , despuès de volar en ala delta . Todas las tardes , cuenta los dìas en el calendario , para que llegue el verano y nuevamente encontrarse con Mauricio en el cielo .