sábado, 5 de febrero de 2011
MILES DAVIS Y ALGO MAS EN FACEBOOK DE MARIETTA MORALES RODRIGUEZ .
Había escuchado ese cd de Miles Davis , en el atardecer sobre la lejanía de mi casa , en los arenales . Sentia un aburrimiento espantoso , como vivía atrapada en mis sueños y la falta de oportunidades que me estaba aplastando mi mente . A veces me ponía a llorar . Lloraba por todo aquello que no tenia . Lloraba por la distancia y como ese sueño se destrozaba por la presencia de una mujer dominante , que engendraba hijos , para poner mas vallas a mis deseos de conquistar la felicidad . Lloraba mucho y en las noches mi corazón se apretaba con fuerza . Solía escuchar a Miles Davis para espantar mi pena infinita . Un día entre en el chat de él , y sentia los ecos de la vida cotidiana y yo lanzaba maldiciones por el chat y simplemente estalle . El agotamiento era enorme , no podía caer en un tobogán de tristeza y desamor . Cada cual tiene su vida armada , una esposa , un hijo , una bella hija del sur y otro gran dolor en mi vértebra . No valía la pena tanta angustia . Si sabia que mi alma entro en una red de contradiciones . Deseaba y también me deseaba , pero tenía la certeza única , que la gran perdedora sería yo , así de simple . Volvía a escuchar a Miles Davis , con el aroma de una taza de café y la fragancia de un fino perfume . Un día en un lejano puerto , nos encontramos y el siempre apurado , con el tiempo justo , porque esa carcelera maldita lo estaba esperando en un pueblo perdido en los valles . Muchas veces lloraba , lloraba , y no parada de llorar . No había forma de sacar ese dolor . Escuchaba a Miles Davis para sacudir mi pena y escribía mensajes a un buen amigo en el viejo continente . Soñaba con estar con mis amigos , en un picnic en un bosque en Irlanda . Soñaba con estar con el y ver que era un hombre libre , con sus bellos hijos . Soñaba en un futuro con el fuego de los poemas de Jorge Teillier . Volvía a poner la música de Miles Davis y secaba mis ultimas lágrimas . La vida sigue su curso , y tendría que buscar otros brazos con el resplandor de los ecos sureños .