Me había levantado temprano para chatear con mis amigos virtuales por facebook . El sol golpea fuerte por mi ventana y la danza de los alacranes , comenzaba con el zumbido de las micros , de la avenida los leones . Extrañaba la lluvia , ese bello y poético elemento de la naturaleza . No recuerdo cuando fue la última vez que la vi . Solamente recordaba cada gota de agua que estallaba en mi ventana , en mi casa en Santiago . Extrañaba la lluvia como un amante lejano , que algún partió muy lejos , a buscar a otras musas hermosas . Buscaba el aroma del fogón , los árboles , la leña , los ríos y el sabor de las castañas , que algún experimente en una travesía por Capitán Pastene . Esa fragancia de esos viejos poetas sureños , entro en mi facebook , con la llegada de ese poeta de las montañas y los ríos . Basto aceptar la solicitud de amistad , y comenzar un hermoso viaje de conversaciones poéticas , que alimentaba mi alma diariamente . Simplemente veía que la lluvia caí sobre mi jardín y veía los ojos brillosos de mi perro Churejas , en la cercanía del escritorio del computador . Ese poeta era un loco , que escribía versos sobre los muros de los ríos y soñaba con conocer el desierto en todo su esplendor . Me hablaba de las leyendas y cantos de Chiloe , de los atardeceres en Puerto Montt , de la lluvia en Valdivia , y de sus sueños azules por seguir escribiendo . Eran esos días donde el sol entraba en mi espalda como un látigo de la ira de las oficinas salitreras abandonadas , y buscaba la lluvia con ansias , como el aliento de una nueva esperanza de tiempos mejores . Sentía que en cada una de las palabras de ese poeta , existía una especie de poción mágica y de encantamiento , que lograba sacudir mi tedio , de vivir en la sequedad más absoluta . Soñaba con esa lluvia y esos paraguas como un congreso en Londres y miraba hacia otros horizontes , en busca de la conquista de la felicidad .
