viernes, 30 de abril de 2010

ESE FRIO QUE ENTRA POR MI VÉRTEBRA DE MARIETTA MORALES RODRÍGUEZ .



Anoche intente corregir un poema y el frío era insoportable . Me resultaba extraño esa sensación térmica . Vivo en Antofagasta unas de las ciudades de Chile , que a pesar de su caos , tiene el mejor clima del mundo . Intentaba escribir el poema y el café se me estaba agotando . Tuve que comprar esos sobres de café de emergencia , en el almacén de la esquina . El frío es como una damisela que deambula con sus cuchillos fríos , asola pueblos con su tirillas de hielos . A veces puede ser grato , cuando se esta acompañado de un fogón y de un plato de sopaipillas . En el norte no existen la leña , el fogón y rara vez se ve una sopaipilla en estos lados . En mis rutas sureñas he sentido el calor del frío , con los buenos amigos . En argentina he desafiado el frío con el mate y con esos vinos mendocino , que son un buen acompañante en una noche fría , en un restaurante . En Concepción con una sopa caliente en una cocina que prefiero olvidar . En Santiago , en un conocido restaurante del barrio bellavista , unos de los pocos lugares que se puede comer bien en pleno invierno capitalino . En Calama , una vez tuve que robarme frazadas de la residencial donde estaba alojando , porque ese frío es diabólico . En la parva con bolas de nieves , para jugar rayuela . ( Nunca he echo monito de nieves ) . En Valdivia caminando cerca del río Calle - Calle , haciendo algunas travesuras bajo la luna . En Talca arrancando de un poeta sicópata . El frío ataca en todas sus formas . Es un estorbo cuando se quiere escribir o concentrarse para leer . Es odioso sentir esto . No basta con abrigarse . Extraño mi chaleco amarillo , que estar esperándome en Chillán . Lo necesito tener cerca . Ese chaleco fue testigo de mis momentos de alegrias con mis compañeros en Chillán y también testigo del peor momento que he pasado en mi vida , en Coelemu . El frío llego para quedarse un buen tiempo y eso que estamos en otoño . Me gusta el otoño , porque imagino como caen las hojas en los parques del mundo . Los árboles que se balancea en la Capital . El aroma de las roscas . El otoño en el desierto es un sueño , casi no pasa . No pasa el otoño en las barriadas del sector norte de Antofagasta . Solamente se ve el caminar de los perros vagos , los viejos neumáticos botados y uno que otra árbol que agoniza . El frío anoche entro por mi vértebra y el café se va agotar en todos los almacenes de mi barrio .