Recuerdo hace unos años atrás , trabajando como encuestadora tuve la oportunidad de conocer un pequeño universo de buen gusto , en medio de la pobreza y fealdad de un determinado barrio , que no voy a nombrar . Me di vuelta por esas calles miserables buscando la dirección una y otra vez . Ya estaba agotada , sedienta y con ganas de regresar a mi casa para merendar . No encontraba la dirección para hacer la encuesta y me daba hastió tener que regresar al día siguiente . El barrio era un lugar desagradable , llenos de perros vagos y de suciedad . Aguanta , aguanta , queda poco . De pronto al final de la calle que lleva el nombre de un ex presidente de la república , escuche que una sencilla mujer me llamaba . Yo partí corriendo sabiendo que era la dirección que estaba buscando y seria la última encuesta del día . Sacando cuenta habia llegado a mi meta de tener 26.000 pesos en mis bolsillos . El rostro de esa mujer , era realmente impactante y se notaba que en su juventud fue una mujer hermosa . Se presento como Carmen Gonzalez , aseadora de un supermercado de la ciudad . Me basto pasar la barrera de alambres , para ver una bellisima huerta en su casa , que simplemente quede con la boca abierta . Esa huerta era su pasión y ella ganaba apenas el sueldo mínimo . ! Maravilloso ! ! Maravilloso ! ! Maravilloso ! , exclame al ver ese huerto y le pregunte como lograba tener ese pequeño espacio de buen gusto en una casa abandonada . Ella me decía que recibía un dinero extra y que lo invertía en su huerto . El golpe de belleza que recibí nunca lo voy a olvidar y luego entre a su casa para hacerle la encuesta y vi el comedor de mis sueños . Si el comedor de mis sueños , un hermoso comedor medieval que brillaba con toda su fuerza . Tengo que tener su comedor Señora Carmen , y ella sonreía . No lo vendo por nada del mundo , es mi tesoro como mi huerto . Lo quiero tener , cuenteme como fue suyo . Ella me contó que fue un regalo de una antigua patrona fallecida , cuando ella trabajaba de empleada doméstica . No lo vendo , no lo quiero vender . Me fascina su comedor , sabe señora Carmen , siempre he encontrado último de rasca los comedores de vidrios , lo odio . Ella me respondió - Los comedores de vidrios son el símbolo de la clase media , sin sentido de buen gusto - Con esa frase de la protagonista de la historia , me di cuenta que la elegancia llega a los rincones mas increíble del mundo . Que a pesar de la pobreza y de la falta de oportunidades , hay personas que saben valorar los detalles bellos de la vida . Ese huerto en medio de los arenales , en medio de la pobreza , en medio de la fealdad del barrio , nunca lo olvide . Se me quedo grabado en mi memoria hasta el día de hoy . El comedor portentoso digno de una mesa de Rey , hermosisimo . Cada vez que veo un comedor de vidrio que lo detesto , recuerdo esa tarde memorable con la señora Carmen . La clase no la compra el dinero , eso esta claro . La clase esta presente en valorar estos detalles que hacen que la vida a pesar de la adversidad tenga un sentido de belleza , incluso en el barrio mas miserable del mundo .
