lunes, 12 de noviembre de 2007

ISADORA POR EL POETA ARMANDO RUBIO

Isadora Duncan baila
en un cafè en Parìs ,
y un soldado arroja
la primera granada del catorce .
Aùn se disputan la Tierra los hombrs ,
y renacen
sordos clamores imperiales .
Con un buen ojo el fabricante
arroja al mercado soldados del plomo,
y el cielo se peubla de pàjaros extraños ,
y se incendia el mar en artificios .
En Siberia cae la nieve sobre los zares ,
y el mundo se asombra en los periòdicos ,
y las dueñas de casas recuerdan a Penèlope .
Los hijos de Isadora
van por el sena durmiendo ,
y ella recuerda a su madre
que naufraga en las artesas
del algùn suburbio de Nueva York .
Isadora danza descalza
con el ùltimo prìncipe de Italia .
Isadora baila con el pueblo ,
y el pobre señor Singer , amo de sastres y modistas ,
rompe nuevamente los cristales de su casa ,
y los invitados huyen despavoridos al aeropuerto .
El hombre admite en los estrados
que la paz es negociable .
Pero ya la tierra echo a rodar
su cauce decidido .
Ya la rueda enzarza el cuello
majestuoso de Isadora :
el ùltimo galàn ya se la lleva ,
y le ha puesto rojo beso en la bufanda .
Allà va gloriosa la granada
a socavar la arena .
A Isadora la esperan
sus hijos en el Sena;
los muertos de la guerra;
Esenin , el poeta .
Allà en Nueva York erige sus piedras
entre heràldicas humaredas .
Pero Isadora baila en las trincheras ,
Isadora Duncan està danzando por toda la tierra



EXTRAIDO DEL POEMARIO CIUDADANO EDICIONES MINGA 1983



marietta morales rodrìguez