Hay ciudades perdidas en el mapa , donde los aires de una cierta modernidad se hace presente en el camino de las tiendas y locales comerciales , que llena el aire con ese consumismo tan propio de las grandes capitales . Caminar por las calles de la ciudad city , como lo llamaba irónicamente , como una forma de burlarme de la atmósfera cargada de descontrol , donde el aroma de las cervezas y el aliento de una lengua de fuego , es la combinaciòn de un fragmento de la historia de Sodoma y Gorrona . Las mujeres , están dispuestas a irse a una guerra , donde solamente prevalece el placer de jugar con fuego . Esas choperìas , donde los mineros olvidan por un momento la falta de encanto en sus vidas . Los problemas económicos . La lejanía de estar encerrado de por vida , en una ciudad , donde el frío reina como los cuchillos de Orias . No era el lugar màs glamoroso para mí , pero tuve que embarcarme en un aburrido viaje en bus , por poco màs de tres horas . El letrero en la carretera . donde city desert me anunciaba que todo no era precisamente tan aburrido , como lo estaba imaginando . La catedral del centro de la ciudad , pequeña , blanca , con el enorme portòn donde el demonio no puede entrar . Esos pasillos relucientes , con los iconos de los santos , con la infinita mirada llena de ternura . Las señoras secas como pasas rezando y el silencio , ese silencio , silencio . Camine por todos los rincones de la catedral . Me imaginaba la muerte de un sacerdote en una novela medieval que leía hace algún tiempo . Sentía una extraña fascinaciòn , por la esencia del mal , con Matìas a veces recorríamos la cartografía luciferina . Lugares donde se desarrollaban aquelarre . Ver esos rituales de fuegos y encuentros intimos , de seres totalmente desquiciado . Era un ejercicio literario bastante perverso .
Esos poetas malditos que están perdido en la oscuridad de la miseria y el horrible anonimato , propio de los perdedores . Esos perdedores que van por la vida , solamente respirando y aceptando un destino mediocre . En las afueras de la catedral , se estaba realizando la tercera feria del libro usado , organizado por la municipalidad . Los libreros de Santiago sacudiendo el hastió de estar en la ciudad , con sus enormes cajas de libros . Sus deseos de vender todos esos libros que jamás llegan a las pobres librerías , donde solamente llegan los libros de auto ayuda . Fui invitada de honor a la tercera feria del libro usado . Fui solamente para conocer el lugar más bizarro y extraño del mundo .
