miércoles, 9 de enero de 2008

UN ANGEL MUERE EN LA CIUDADELA PERDIDA

El àngel jamàs conociò
la soledad de una ciudadela perdida .
Solamente escucho las
campanadas de las iglesias ,
en el juego de esos niños
de las bicicletas .
Vieron el espiral
de mis sueños de niña .
Cuando veìa el mundo
como una moneda reluciente ,
en el mirar de los anuncios del cine .
Mi espalda sintiò el suspiro
de las alas de un àngel ,
en el momento de ver los frutos
de un arbol en el desierto .
En el crepùsculo
donde el sol se oculta
con las marejadas del mar .
Es ahì donde pasa un àngel
en los laberintos renacentistas
donde se vieron vestigios
de esas calles empedradas ,
donde pululan
esos espìritus inquietos .


MARIETTA MORALES RODRÌGUEZ