viernes, 18 de septiembre de 2009

LA CASA MISERABLE EN EL EXTREMO NORTE DEL MUNDO DE MARIETTA MORALES RODRÌGUEZ .


Las palomas sobre el techo ,
de esa casa miserable .
En el silencio de la tarde ,
donde el reloj se detuvo en el momento de mi muerte .
Es el recorrido de esas calles tétricas ,
con la escolta de hierro de esos perros furiosos .
Los autos como el hueso oxidado
de ese pasado donde la luz del conocimiento , nunca entró .
Es el dolor como el hierro forjado
de esa ventana de la casa miserable .
El silbido de la dama de la muerte .
Vieron las imàgenes de mi niñez ,
en el estruendo de los golpes .
Saltaron en los lomos de los perros ,
en el resplandor del sol en la tarde .
Sobre la ropa desteñida .
Es el recorrido de la entrega de las cartas ,
en la lluvia de los grifos ,
con el eco de esos buitres
en el tendido eléctrico .