Un viejo arqueòlogo
en la grandeza del desierto ,
donde las sabanas de arena
dibujan la danza del viento
sobre la cruz de la rosa de la desdicha .
Entierra el siglo de las luces
por los ecos de los cantos de Parìs .
Sobre ese campo de cruces
por el dolor del hermano muerto
en el campo de esa profunda soberbia
de la orilla del monte de Olimpo .
Son los espejos de los siete pecados capitales
que se refleja
en el momento donde el baùl se abre
en las cartas del siglo de las luces .
Es sentir esos ecos de la ciudad de la luz
por el resplandor de los atardeceres en el desierto.
MARIETTA MORALES RODRIGUEZ