Londres es una dama aristocrática ,
y en sus calles se escribe los caminos de
Hackney ,
con sus ecos de esas cantantes de
jazz ,
en esos inviernos ,
donde bebo la lluvia de la grandeza del desierto .
Ese correr de las
micros rojas ,
como el cabello de fuego ,
de esa brújula de las
galerías de artes .
El canto de los ventanales ,
por los trazos perfectos de la belleza de un nuevo amanecer ,,
de los ecos de las grandes esperanzas .